La diversidad educativa
a la que nos enfrenta
la pandemia

Por Lic. Tamara Saúl

La diversidad educativa a la que nos enfrenta la pandemia

Estamos atravesando tiempos diferentes, inéditos, suspensión de clases presenciales y reorganización de nuestras casas para que nuestros hijos e hijas puedan seguir aprendiendo o aunque sea seguir conectados con las docentes y compañeros/as, con las actividades escolares… terapias a distancia, por videollamada, zoom, preparación de materiales, y tratar de entender qué es lo que nos espera a futuro.
Sin dudas, es una oportunidad para revisar los fundamentos de la escuela, el modo de enseñar, el modo que se espera que los niños y niñas aprendan y accedan a los contenidos. En casa no todos cuentan con una computadora o una tablet, algunos sólo tienen un celular, otros no se enganchan con las pantallas y sólo con actividades impresas, otros con mensajes de audio, etc.
Es decir, está sucediendo que cada niño o niña accede al aprendizaje por medio de distintos canales. Está sucediendo lo que debería suceder en las aulas cuando retomemos las clases presenciales: no todos tienen las mismas posibilidades de acceder y entender la información, más allá de que el niño o niña presente un diagnóstico de discapacidad, todos los niños y niñas son diferentes y se relacionan con el mundo de distinta manera. Por ende, sería conveniente que el mundo o más específicamente las docentes, les ofrezcan el acceso a los contenidos en distintos formatos (videos, narraciones, imágenes, audios, etc.) para que aquel que por ejemplo, le cuesta concentrarse leyendo pueda entender lo que pasó un 25 de mayo de 1810 con un video, o haciendo un trabajo práctico, etc.
Ya ese niño ¨normal¨ para el cual se inventó la institución escolar hace muchísimo tiempo atrás no es el niño o niña de la actualidad, y es así como la escuela debería reconfigurarse para alojarlo verdaderamente. Ese niño normal responde a un PARADIGMA HOMOGENEIZANTE, el tradicional, que genera que el que está por fuera de la norma, el que no llega a cumplir con los objetivos de la currícula de la manera en que se espera, queda por fuera del sistema, es el diferente, el frustrado.

Se trata de abordar a los niños y niñas desde un PARADIGMA DE LA DIVERSIDAD FUNCIONAL en donde la escuela sea INCLUSIVA y todos los niños y niñas tengan derecho a acceder al aprendizaje de la manera en que cada uno puede, rescatando su singularidad. Entendiendo de este modo a lo diferente no como un déficit, sino un valor, donde el encuentro con la diversidad sea enriquecedor.
Este contexto de pandemia que estamos atravesando nos confronta con la HETEROGENEIDAD de cada casa, de cada familia, en donde cada uno y cada una accede a la currícula de manera diversa y por eso las docentes se encuentran trabajando más que nunca, porque deben ajustar los contenidos a la realidad diferente del domicilio de cada niño.
Ahora las docentes deben ir a la casa de cada niño vía zoom, y no los niños a la escuela. Las docentes deben desplegar propuestas amplias para que todos y todas puedan acceder de la manera en que cada uno pueda. Esto deja a las docentes y a todos aquellos que trabajamos en la educación frente a la tarea de responder a necesidades educativas ya no ¨especiales¨, sino a las necesidades educativas de todos y todas, todas especiales por su diversidad actual.
Como siempre señalamos, frente a cada proceso de inclusión escolar, debemos poner la mirada en el contexto en el que esta ese niño o niña y abolir las barreras que pueden surgir en el mismo para que accedan al aprendizaje. Debido a la pandemia nos encontramos frente a una necesidad imperativa de adecuarnos al contexto de cada uno y de cada una y luchar contra esas barreras porque sino ya no sólo es el niño o niña con discapacidad el que se puede quedar afuera, sino todos y todas.

Quizás este gran cambio en nuestras vidas aporta un cambio de paradigma en la educación argentina, desde un paradigma de ENSEÑANZA MULTINIVEL. En palabras de Pilar Arnaiz: ¨constituye otra forma de planificar la atención a la diversidad en el aula desde una perspectiva inclusiva, porque posibilita que cada alumno y cada alumna encuentre, respecto al acceso y desarrollo de un contenido, actividades acordes a su nivel de competencia curricular, y estas les permita el progreso, y la implicación, de manera personalizada.¨

Es decir, trabajar desde un ¨diseño universal del aprendizaje¨ en el cual se ofrezca el contenido en formatos variados: videos, arte, láminas, salidas y excursiones, etc. para explicar un mismo tema y que cada alumno y cada alumna pueda acceder de distinta manera.
El resultado sería la posibilidad de que todos y todas (con o sin discapacidad) puedan aprender y que aquel niño o niña que se le dificulta la comprensión de textos pueda aprender sobre ese mismo tema quizás visitando un museo. María José Borsani explica que se trata de romper con la ¨escuela de la simulación¨, en la cual nosotros hacemos que enseñamos y los alumnos hacen que aprenden. Resultando en un como sí en el cual queda sólo frustración. Consiste en apelar a la ciudadanía y autonomía porque aborda a lo particular de cada uno.

Creemos que de lo que se trata es de rescatar lo que nos enseña este tiempo de confinamiento en nuestras casas, de invención de nuevas formas de comunicarnos, aprender y de abordar la educación de nuestros niños y niñas para que salgamos cambiados y mejores, por nosotros mismos y sobretodo por ellos. Si esto es posible en el mundo que nos espera cuando termine la pandemia, habrá valido la pena tanto esfuerzo.

Bibliografía: Arnaiz, Pilar. (2003). Educación inclusiva: una escuela para todos. Málaga: Editorial Aljibe.



Lic. Tamara Saúl

Tamara Saúl

Se recibió de psicóloga con Diploma de Honor en la Universidad de Buenos Aires. Realizó la Carrera de Especialización en Psicología Clínica de la Discapacidad de la U.B.A. y cursos de posgrados de Psicoanálisis en la Escuela de Orientación Lacaniana, Universidad de Buenos Aires, Centro de Salud Mental Ameghino, Hospital Ramos Mejía, entre otras instituciones. Además de haber participado de carteles de investigación en psicoanálisis, grupos de estudio y de supervisión.

Su práctica clínica la desarrolló fundamentalmente en el ámbito hospitalario, ya que formó parte durante del equipo de Pareja y Familia del centro de Salud Mental n°3 ¨Arturo Ameghino¨ y del servicio Infanto-Juvenil del Hospital ¨Ramos Mejía¨.

En el ámbito privado, trabajó como acompañante terapéutica, y actualmente realiza atención individual, de pareja y familia con orientación psicoanalítica en su consultorio privado.

Es directora de la Institución En-causar Psi, en donde se desempeñó inicialmente como coordinadora y supervisora de acompañamientos terapéuticos domiciliarios y educativos.