La importancia del jugar
con nuestros hijos

Por Lic. Mariela Passarello

La importancia del jugar
con nuestros hijos

Jugar en familia es la mejor manera de fomentar y reforzar los vínculos entre los miembros del hogar. A través del juego expresamos sentimientos, emociones y afectos, así como también estimulamos y desarrollamos las diferentes áreas (psicomotriz, cognitiva, afectiva y social). El juego en el niño tiene no solo propósitos educativos sino que también contribuye en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad. El juego es evolutivo ya que empieza por el dominio del cuerpo y posteriormente maneja las relaciones sociales y su medio, través de él se socializa. El juego es divertido, placentero, voluntario y lo más importante: no es obligatorio. Es importante ver al juego como un medio de hacer, al nivel de sus posibilidades físicas, motoras y psíquicas, una reproducción de la vida real.
La familia es el referente de vida de toda persona, donde cada sujeto establece las primeras relaciones, forma su personalidad, sus valores y patrones de conducta. La dinámica familiar será la guía que tendrá el niño/a para formar sus posteriores relaciones. 

Ahora bien, ¿qué es el jugar?

Es el primer acto creativo del ser humano. Comienza cuando el niño es bebé, a través del vínculo que se establece con la realidad exterior y las fantasías, necesidades y deseos que va adquiriendo. Para poder jugar es indispensable un juguete, medio que se utiliza para llevar a cabo el juego. Este juguete puede ser su propio cuerpo, un objeto, o un juguete propiamente dicho. Jugar es una actividad, además de placentera, necesaria para el desarrollo cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño. El juego espontáneo y libre favorece la maduración y el pensamiento creativo. Los niños tienen pocas ocasiones para jugar libremente. A veces, consideramos que "jugar por jugar" es una pérdida de tiempo y que sería más rentable aprovechar todas las ocasiones para aprender algo útil. Por medio del juego, los niños empiezan a comprender cómo funcionan las cosas, lo que puede o no puede hacerse con ellas, descubren que existen reglas de causalidad, de probabilidad y de conducta que deben aceptarse si quieren que los demás jueguen con ellos. "Los juegos de los niños deberían considerarse como sus actos más serios", decía Montaigne. El juego espontáneo está lleno de significado porque surge con motivo de procesos internos que aunque nosotros no entendamos debemos respetar. Si se desea conocer a los niños -su mundo consciente e inconsciente- es necesario comprender sus juegos; observando éstos descubrimos sus adquisiciones evolutivas, sus inquietudes, sus miedos, aquellas necesidades y deseos que no puede expresar con palabras y que encuentran salida a través del juego.

Algunos conceptos. Las diferentes formas de juego según el estadio del niño:

Estadio sensorio-motor: (entre 0 y 2 años) Tal como lo dice su nombre este periodo se caracteriza porque el bebe se relaciona con el entorno por medio de su acción motora directa y su percepción física. Desde el momento de su nacimiento, el bebé no es un ser inactivo o mero receptor de estímulos, sino que desde el primer momento actúa sobre su entorno e inicia conductas. El conocimiento del mundo que el bebé tiene se basa en los reflejos con los que nace. Estos mecanismos innatos reflejos (como el reflejo de succión o el reflejo de prensión) se diferencian paulatinamente en esquemas sensorio-motores como levantar cosas, empujar cosas, tirar de un objeto o golpear algo. El bebé entiende su mundo en función de estos esquemas, es decir, entiende los objetos y personas de su entorno como "algo que es para succionar, golpear etc." Con el tiempo estos esquemas sensorio-motores se van coordinando en estructuras más complejas, pero la conducta sigue dependiendo de la situación inmediata.
Estadio preoperacional: (entre los 2 y 7 años) En esta etapa se observa un salto cualitativo en la forma de pensar porque trae consigo la función simbólica: el niño utiliza símbolos para representar objetos, lugares y personas; puede retroceder y avanzar en el tiempo. Esta etapa se caracteriza por el juego simbólico, el niño juega a imitar, a hacer como si...
Estadio operatorio: (entre los 6 y 12 años) El niño/a puede ahora realizar operaciones a partir de la adquisición de la noción de reversibilidad. El pensamiento ya no es pre-lógico y comienza a tener en cuenta el punto de vista de las demás personas. En esta etapa prevalece el juego reglado. Hay mayor autonomía, cooperación, competencia y socialización

Lic. Mariela Passarello

Mariela Passarello

Es Licenciada en psicopedagogía recibida en la Universidad del Salvador. Realizó sus estudios de Posgrado sobre diagnóstico psicopedagógico en Grupo Eppec.

Ha participado de jornadas sobre Actualización en Educación Inicial, Integración escolar. Así como cursos sobre RCP y Primeros Auxilios, entre otros cursos y congresos sobre la temática psicopedagógica y de problemáticas educativas. Realizó el workshop Nivel i y II del método de terapia relacional The Son-Rise Program.

Posee vasta experiencia como docente en nivel inicial y como Maestra Integradora en distintas Instituciones Educativas. Actualmente en el ámbito clínico, realiza diagnóstico y tratamiento a niños y adolescentes, así como charlas a grupo de padres. Es responsable del Taller de Juego de En-causar, docente del Curso de Acompañante Terapéutico y del Curso sobre Integraciones Escolares. Asimismo se desempeña como coordinadora y supervisora de los acompañamientos terapéuticos escolares de la Institución.